La investigación asegura que los hombres sufren un aumento en el riesgo de enfermedades mentales después de terminar una relación.
Un estudio realizado por la Universidad de Columbia Británica, que fue publicado en el periódico Socical Science and Medicine – Qualitative Research, determinó que cuando un hombre termina una relación sentimental, aumenta el riesgo de sufrir algún tipo de condición psicológica como depresión, ansiedad, y hasta suicidio.
Otras investigaciones, pudieron evidenciar cómo para los hombres es más complicado enfrentarse a un divorcio e incluso perder a una pareja, comparado con las mujeres. Y la respuesta a por qué sucede esto probablemente esté relacionado con los patrones sociales que relacionamos con la masculinidad.
El principal autor del estudio, el Dr. John Oliffe, señaló que la separación cuadruplica el riesgo de suicidio masculino y sugiere que tanto las relaciones angustiosas como la separación y el divorcio contribuyen a distintos retos de salud mental para los hombres.
“La mayoría de los hombres experimentaron el inicio o el empeoramiento de síntomas de enfermedades mentales durante una relación angustiosa o siguiendo la terminación de una relación”, indicó Oliffe.
Para este proyecto (que forma parte de un programa de investigación de salud masculina), se entrevistó a 47 hombres sobre sus experiencias luego de terminar una relación con una pareja, lo que encontraron fue que, cuando los hombres encontraban conflicto en sus relaciones, minimizaron los problemas, lo cual causó que la relación se dañara aún más.
El doctor John Oliffe también explicó, que esto se debe a cómo funcionan los estereotipos masculinos.
“La incertidumbre de los hombres para articular o solucionar los problemas en la relación, resultaron en muchos hombres aislándose en vez de buscar ayuda. Muchos hombres en el estudio estaban batallando con transiciones en la relación como duelo, paternidad o infidelidad, y su meta principal era evitar el conflicto”. Lo interesante es que esto no nos muestra a hombres que actuaban con agresividad, sino a unos que buscaban evitar el conflicto.
Mientras tanto, los hombres que estaban angustiados después de su ruptura usaron sustancias como el alcohol para lidiar con sentimientos de enojo, tristeza, arrepentimiento, culpa y vergüenza, lo cual se sumaba a la incertidumbre de cómo sería la vida sin ver a los hijos, las dificultades financieras y la pérdida de conexiones sociales. En ocasiones esto se puede convertir en un problema de abuso de sustancia si no se busca ayuda.
La explicación por la cual esto suele tener un impacto mayor, es porque otras convenciones sociales señalan que los hombres casi no hablan sobre sus emociones, o sus sentimientos con otras personas y no tienen redes de apoyo como las que suelen tener con más frecuencia las mujeres. Sin embargo, el estudio demostró que los hombres también iniciaban varias actividades para cuidar su salud mental.
“Estos esfuerzos de ayuda incluían actividades solitarias o individuales como el ejercicio, leer o el auto-cuidado, mientras que otros hombres buscaban redes existentes o extendían sus esfuerzos para conectar con grupos de apoyo o terapia atendida”, afirmó la co-autora de la investigación, Gabriela Montaner.
Esto tiene que ver con la importancia que ha ganado la salud mental en los últimos años y el hecho de que ya no sea un tabú para los hombres solicitar ese tipo de ayuda, lo cual puede impulsarlos a seguir adelante.
En conclusión, los hombres sí lloran, y deben hacerlo, y deben tratar de enfrentar los problemas en vez de guardarlos, de lo contrario, eso podría realmente afectar su salud mental.